En aplicaciones de sistemas solares térmicos el caloportador puede ser sometido a altas temperaturas (0 a 150 ºC). A estas temperaturas, las moléculas de glicol pueden degradarse, llevando habitualmente a una caída en la protección contra la corrosión a través de la acidificación del líquido.
Recomendamos fervientemenre un control periódico del caloportador, aunque sea por la simple medición del pH. También recalcamos que las tiras indicadoras de pH no son adecuadas para estas mediciones, por lo que se recomienda utilizar un medidor de pH una vez al año.
Para reducir el riesgo de degradación, le sugerimos utilizar caloportadores sin glicol, hechos con materia prima de moléculas similares, con una estabilidad térmica mejorada. El riesgo final, cuando el líquido ya no circula y se estanca en los sensores, es el «alquitranado» del producto. Si esto sucede, hay productos específicos para limpiar y proteger los sensores.